“variações infímas podem alterar irreversivelmente o padrão dos acontecimentos” Uma simples mistificação dos economistas americanos, fazendo tábua rasa da distinção entre o Valor de Uso e o Valor de Troca das mercadorias, cientificamente dada a conhecer á Humanidade por Karl Marx em “O Capital” moldou o mundo do pós-guerra tal e qual o conhecemos.

sexta-feira, outubro 26, 2007

Rússia, China e Estados Unidos

A Corrida pelo Dominio de Ásia Central
Juan C. Alfaro

El tablero geopolítico se dibuja en torno al petróleo, el gas y la guerra antiterrorista. Moscú y Pekín se unen contra Washington. Está en juego una zona altamente rica en recursos energéticos.
En los últimos años se han descubierto en el Mar Caspio importantes yacimientos de petróleo y gas, la contrariedad es que varios países limitan con este mar y todos pretenden sacar tajada de las ganancias. Estos países son: Rusia, Irán, Azerbaiyán, Kazajstán y Turkmenistán. En la actualidad, no existe ninguna legislación internacional que determine qué porción del suelo marítimo pertenece a cada país.
De similar manera sucede al este del Mar Caspio, en la región llamada Asia Central, que limita con China, Rusia y Afganistán y que está conformada por Uzbekistán, Tayikistán, Kirguizistán, Turkmenistán y Kazajstán.
Cabe recordar, que la mayor parte de estas dos grandes regiones en el pasado fueron parte de la extinguida Unión Soviética, y que desde su caída en 1991, ha sido pretendida no solo por los países que la limitan sino por Estados Unidos, que en la actualidad esta lanzado en una cruzada por el control de los recursos energéticos del mundo y la consolidación de su hegemonía.
Antes de los ataques del 11 de septiembre de 2001, Estados Unidos carecía de una participación importante en el Mar Caspio y en Asia Central. Sin embargo, a finales de septiembre, el gobierno de George Bush solicitó a los gobiernos de Uzbekistán y Kirguizistán bases militares, y a Tayikistán un aeropuerto, para poder emprender el ataque y el derrocamiento del régimen Talibán.
En nombre de la "lucha contra el terrorismo" Washington logró conseguir estas bases ofreciendo grandes beneficios económicos para los países. Era un momento en que la comunidad internacional avaló de cierta manera los bombardeos a Afganistán, había pasado muy poco tiempo de la caída de las Torres Gemelas y el mundo no conocía las verdaderas intenciones de Bush y sus halcones con su llamada "guerra contra el terrorismo".
Sin embargo, una vez derrotados los talibán, Rusia entendió que había perdido grandes aliados en la zona e inició una contraofensiva. Las inversiones rusas en la región crecieron en Asia Central y las bases rusas en Georgia (país europeo muy cercano al Mar Caspio), vieron aumentados sus efectivos militares.
Pero, dentro de este marco no solo se encuentran Rusia y Estados Unidos. Empresas chinas y europeas también se fueron estableciendo en la zona con fines de poder explotar los recursos energéticos.
En ese sentido, las disputas políticas entre estos países van tomando forma y se puede deducir en que primera instancia existen dos bloques en disputa. El bloque Ruso-Chino, que se asiste considerablemente entre sí y que ha tenido un acercamiento importante en los últimos meses, contra el bloque Estadounidense-Europeo, que tiende a estar mas divido y por sobre todas las cosas dominado por Washington.
Cabe recordar que, en noviembre de 2003, Estados Unidos logró un gran paso al quitarle influencia a Rusia sobre una zona clave. Suministró el derrocamiento del presidente de Georgia, Eduard Shevardnadze, quien cooperaba hasta ese momento con Moscú. En lugar de Shevardnadze, tomó su lugar Mijail Saakashvili, un abogado formado en el país norteamericano y por ende un buen aliado.
En diciembre de 2004, el bloque Estadounidense-Europeo apoyó la llamada "revolución pacífica" en Ucrania. Y finalmente, en marzo de 2005, un cambio de gobierno sin hechos de violencia se dio en Kirguizistán.
Sin embargo, en el mes de agosto, el gobierno de Uzbekistán dio un plazo de seis meses para la retirada de la base estadounidense instalada en su territorio. Esto reflejaría a futuro una perdida de un aliado importante en la región para la Casa Blanca, pero algunos analistas sostienen que en el plano militar la retirada de la base no significará una pérdida sustancial para Washington.
Hay analistas que señalan que Estados Unidos se inclinaría por aumentar su presencia militar en Kirguizia, desertando el proyecto de instalar nuevas bases en el territorio de Tayikistán. Pero el costo político seria mas elevado, las distintas presiones que ejerce Washington a los países para llevar a cabo reformas democráticas, a la larga lo llevarían a perder otros aliados en la zona.
En esta situación, la posición de Moscú parece ser diferente. El pasado 23 de septiembre Rusia y Uzbekistán realizaron ejercicios conjuntos antiterroristas en territorio uzbeco. Tashkent actúa por interés propio y destaca cada vez más su orientación hacia Rusia y China.
En tanto, el 21 y 22 del corriente mes China y Rusia celebraron consultas militares en Moscú e intercambiaron opiniones sobre la situación de seguridad regional, la lucha contra el terrorismo y las operaciones del mantenimiento de paz, y también se resaltó el interés común de acordar vías para promover las relaciones entre ambas fuerzas armadas.
Este encuentro va de la mano con los recientes ejercicios conjuntos que realizaron estos países en Weifang, China, después de las maniobras exitosas de diez mil agentes de la marina, fuerza aérea, ejército y paracaidistas de ambos países.
Evgueni Kozhokin, director del Instituto Nacional de Estudios Estratégicos rusos, sostiene que "los dos países procedieron a la demarcación definitiva de la frontera, lo que permitió dar por arreglado el contencioso territorial que existía en las relaciones entre Rusia y China", y agregó que, "los que se agarran a la tesis de que en un futuro China presentaría nuevas pretensiones territoriales a Rusia incurren en un error".
Además, resalta que China es un socio de vital importancia para Rusia en el ámbito económico, en materia de seguridad y en lo que respecta a la acción conjunta en el escenario internacional.
Por su parte, los grandes medios de comunicación anglosajones publicaron en forma repetitiva que los ejercicios chino-rusos estuvieron cargados de un nítido mensaje dirigido a Estados Unidos.
The Washington Times afirmó que "el hecho de que Estados Unidos no haya sido invitado como observador es una señal de la naturaleza antiestadunidense de los ejercicios" y pone en relieve que las simulaciones de desembarco naval y el despliegue de submarinos nucleares y bombarderos atómicos no tienen nada que ver con el combate al "terrorismo, extremismo y separatismo" que ha sido proclamado, cuando las repúblicas centroasiáticas islámicas carecen de acceso al mar.
Lo que preocupó a los estrategas del Pentágono fue el empleo de cuatro bombarderos estratégicos rusos con capacidad para disparar misiles cruceros nucleares. Lo más llamativo es que los juegos de guerra, de duración de ocho días, no fueron los primeros, sino que forman parte de otros tres que se realizarán en el futuro en el océano Atlántico, el mar Caspio y Uzbekistán.
En una nota publicada en la agencia de noticias Red Voltaire, Edouard Lozansky afirma que "Pekin fortalece sus posiciones geopolíticas ansioso de elevar el estatuto de la Organización de Cooperación de Shanghai e incorporar a ésta a los partenaires tan importantes como la India, Pakistán e Irán. En cierto momento este poderío euroasiático colectivo podrá superar el poderío estadounidense, y de Rusia dependerá en muchos aspectos hacia dónde se incline la balanza, por lo menos, en esa parte del mundo".
Por otro lado, luego del cambio de gobierno pro estadounidense en Kirguizistán, el Grupo de Shanghai conformado por: Rusia, China, Uzbekistán, Kirguizistán, Tayikistán y Kazajstán, que se formó en 2001 y cuyo fin es combatir al terrorismo, se reunió en julio de este año y declaró su repudio a la presencia estadounidense en la región, esto incluye el abandono de la base de K2 en Uzbekistán y de Manás en Kirguizistán.
En respuesta a esa situación, el secretario de defensa estadounidense, el halcón Donald Rumsfeld realizó un viaje relámpago a Kirguyizistán y Tayikistán para ejercer métodos de presión en ese aspecto. Después de la entrevista con Rumsfeld, el nuevo presidente kirguiz, Kurmanbek Bakiyev, en un reportaje hecho por la televisión rusa, manifestó una gran contradicción: "La presencia de tropas norteamericanas responde a nuestros intereses nacionales. El problema de Afganistán está muy lejos de solucionarse" aseguró.
Venera Galyamova, investigadora del Instituto Kazajo de Estudios Estratégicos considera que Asia central se está convirtiendo "en el escenario de la batalla entre Estados Unidos, por un lado, y China y Rusia, en el otro. Para China, la influencia en la región también significa afirmarse como potencia mundial para rivalizar con Estados Unidos".
Por su parte, la secretaria de Estado estadounidense, Condoleezza Rice, manifestó que las bases seguirán siendo necesarias para la guerra antiterrorista en Afganistán y conjeturó que las naciones centroasiáticas se plegaron a la resolución por influencia de sus vecinos más poderosos, Rusia y China.
Esta disputa de influencias en Asia central es solo una parte de lo que muchos analistas ya consideran el futuro enfrentamiento entre Estados Unidos y China por el liderazgo en el escenario internacional.
En la publicación National Review, el editorialista neoconservador y experto del Gabinete de Relaciones Públicas Benador Associates, Victor Davis Hanson, considera que China representará en el futuro un reto a la potencia estadounidense tan importante como lo fue la URSS durante la Guerra Fría. En esas circunstancias, Hanson exhorta a que se utilice contra Pekín la misma estrategia aplicada por Henry Kissinger en su lucha contra la URSS. En aquella época, China era la aliada, esta vez el objetivo será China, mientras que la aliada será la India.
El acercamiento entre Moscú y Pekín es uno de los sucesos más significativos de los últimos 18 meses. Las ventas de armas entre ambos países florecen y se desarrollan de manera paralela a los intercambios no militares, sobre todo energéticos.
Al respecto, Edouard Lozansky sostiene que "teniendo en cuenta la presente situación geopolítica, Estados Unidos ha de revisar su actitud y concentrarse en los esfuerzos tendientes a crear la alianza estratégica EE UU-Rusia. Por lo menos, cuidarse de no echarla en brazos de China".
Pero además, la confrontación también se deriva hacia la cuestión iraní. La política militar de carácter unilateral de Bush da lugar a nuevas alianzas geoestratégicas. La más significativa es la formación de un triángulo entre China, Irán y Rusia.
China invierte de manera significativa en el gas iraní, y vulnera de esta forma las restricciones comerciales impuestas a Teherán por Estados Unidos. Rusia y China ayudan también a Irán a desarrollar su programa militar, mientras que Estados Unidos acusa al país árabe de que ese programa tiene como objetivo fabricar armas nucleares.
En el presente, Irán y China apoyan la política de Vladimir Putin con relación a Chechenia; Rusia e Irán la política de Pekín respecto de Taiwán; y Rusia y China respaldan la política nuclear de Irán. Por fuera de estas alianzas queda Estados Unidos.
De hecho el conflicto que mantienen Irán y el bloque estadounidense-europeo por las políticas nucleares de Teherán trazó los lineamientos de ambos bloques más claramente.
Mientras que Estados Unidos y la Unión Europea (UE) vienen acusando sistemáticamente a Irán de que su programa nuclear es con fines bélicos; Moscú y Pekín han dado su apoyo a Irán ante la intención de que la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA), presionada especialmente por Washington, remita el caso al Consejo de Seguridad de la ONU.
Es de gran valor recordar que Irán es un país muy rico en petróleo y que por ende es codiciado por las grandes potencias y en especial por Estados Unidos.
En este marco, todo parece apuntar a que las tensiones van a ir creciendo aun más. Los gobiernos centroasiáticos se endurecen más gracias a la complicidad rusa y china. Lo que está en juego es la dominación de grandes yacimientos de gas y petróleo. Las distintas alianzas aun están en proceso de pleno afianzamiento, la carrera por la supremacía en Asia central apenas empieza.

jcalfaro@perio.unlp.edu.ar
APM. Agencia Periodística del Mercosur

 
Weblog Commenting and Trackback by HaloScan.com